En aquel viejo sepulcro, frío y estéril, a buen resguardo dentro de un ataúd de huesos y tejidos , lo hizo ajeno y aislado a lo humano. Así,en el interior de su pecho, mantenía a su inerte corazón .
En aquel viejo sepulcro, frío y estéril, a buen resguardo dentro de un ataúd de huesos y tejidos , lo hizo ajeno y aislado a lo humano. Así,en el interior de su pecho, mantenía a su inerte corazón .